Una preciosa casa tipo loft luminosa y decorada con color

2022-08-08 06:44:49 By : Ms. Candy lee

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Una vieja bodega trasformada en el estudio del artesano y artista, un lugar llenos de piezas únicas que han cautivado desde Bill Clinton a Eugenia Silva.

La cerámica siempre ha estado presente en su vida. Cuando era niño, sólo tenía que ir a la planta baja de su casa en el madrileño barrio de Ciudad Jardín, donde estaba la fábrica de figuras de porcelana de su padre -el maestro de ceramistas Francisco Gálvez Santiago-, para sumergirse en un mundo rico en colores y formas, marcado por los olores de los esmaltes y el calor de los hornos. Creció entre arte en cerámica, moldes y pinceles, pintando, manchándose, observando cómo trabajaban los artesanos... Cuando volvía del colegio, o en sus vacaciones, ejercía de aprendiz y echaba una mano en el taller. Así, su salto desde el Bachillerato a la Escuela Oficial de Cerámica Francisco Alcántara de Madrid, era un paso natural. En 2023, Francisco Gálvez Marrón cumplirá 30 años como ceramista. Un nuevo ciclo que, en cierto modo, empezó hace unos meses, cuando dejó la vivienda familiar de medio siglo, que también albergó durante décadas a su propio taller, para mudarse a una nueva casa-estudio, donde convive con su obra, con las herramientas, los hornos, las gamas de pigmentos, los óxidos... Nos recibe aquí, una antigua bodega de 200 m2 que él ha transformado en un lugar de creación y exhibición de sus obras de cerámica contemporánea. Son piezas únicas que él crea en barro refractario con dos o tres cocciones a temperaturas entre 900º C y 1.270º C. Con su voz pausada, nos cuenta su historia de amor con la cerámica, y el espacio que nos rodea, también lo hace. Blanco de suelo a techo, impoluto y ordenadísimo, en distintas zonas y rincones, colocados minuciosamente, brillan los volúmenes de barro que él crea, moldea, cuece y decora al ritmo de una colección por año. Eso sí, primero las dibuja. "Estoy días, semanas, meses..., el tiempo que haga falta, dibujando, hasta concretar la serie en cuanto a la línea, forma y acabado decorativo", nos cuenta. "Me gusta tanto la pintura, que utilizo la cerámica como lienzo". Estos volúmenes expresan su pasión por el arte a través de su ornamentación, con motivos tribales, geométricos o vegetales, que plasma sobre el barro, ya sea con relieves, bajorrelieves, incisiones o decoraciones pintadas. Artistas como Robert y Sonia Delauney, Joan Miró, Alexander Calder, Brancusi, Isamu Noguchi, Jean Arp y Henri Matisse, entre otros, son sus referentes. El español Eduardo Arroyo se fijó en sus piezas cerámicas y las pintó en dos de sus obras. El ex presidente Bill Clinton, la modelo Eugenia Silva son algunas figuras que también se han enamorado de sus piezas, Ahora prepara su nueva colección, que lanzará en una exposición a finales de abril en Tiempos Modernos, galería que exhibe su obra desde 2007. Y ya está pensando en una gran colección-hito para celebrar su 30º aniversario. Larga vida a la cerámica.